Autorreferencia Provisoria
Si
tuviera que decir de mi, diría...
Soy
como una producción artesanal
una
pieza única de un material
rudimentario,
rico en minerales
maleables,
dóciles, reductibles.
Me
amaso con mis propias manos.
Regada
desde adentro con pura sangre italiana
que
sabe a destierro, a orfandad, a pobreza
pero
que también huele a trabajo duro, a voluntad y a esperanza.
A
los cuatro años jugaba a la maestra
y
mentía que leía en voz alta
sin
saber hacerlo aún.
Corregía
cada página con un "muy bien 10" o un "te felicito",
según
el aspecto de esa torta fotografiada en el único libro
que
existía en mi casa y que mi madre cuidaba con celo:
"Cocinando
con Doña Petrona C. de Gandulfo".
Almaceno
dos reservorios de palabras, dos paradigmas
que
pertenecen a universos diferentes.
Uno
contiene herramientas con las que construyo
metáforas
desbordantes de sentido, "los versos más bellos" diría
Neruda. También sirven para armar escritos con rigor académico.
El
otro, ese que brota como un manantial de mis labios, salpican
mi
decir con puteadas oportunas, maldiciones ítalo-argentinas, ordinarios dichos
populares.
Ahora
que lo pienso, metáforas también.
No
soy de medias tintas, amo y odio con la misma intensidad,
la
misma entrega.
Cuidé
y cuido a mis crías como la leona más temible.
Amé
varias veces, pero de la vez que más amé, tengo como herencia mis dos hijos.
No
me gusta el chisme ni el gentío, prefiero la intimidad del contacto que es
capaz de producir una charla, o las caricias.
Soy
como una pieza artesanal
me
amaso con mis propias manos
me
ablando, me derrito
y
tomo nuevas formas.
Me
apena ver que mi cuerpo marchita
me
alegro cuando veo que mi alma florece.
Morí
y nací varias veces, algunas quise matarme.
Aspiré
el olor ácido que supura el terrorismo de estado
y
por suerte tuve la oportunidad de conocer el aroma angelical de un bebé,
el
sexo de los buenos, el frescor del pinar, la mansedumbre del lago,
Y
me ablando, me derrito, tomo nuevas formas.
Me
amaso con mis propias manos.
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