El muro y la hiedra
El muro ya estaba erguido
la hiedra lo fue
cubriendo
con pasión lo
cobijaba
mientras seguía creciendo. A medida que se extendía
confusa la joven hiedra
pensó que a él pertenecía
creyó su alma de piedra.
Un día por su vejez
el muro se derrumbó
yació la hiedra a sus pies
junto a su amor pereció.
Al llegar la primavera
un retoño brotaba
construyeron otro
muro
la hiedra resucitaba.
Hiedra y muro renacieron
ante los ojos de la gente
ella se enamoró de nuevo
Dulcemente, sin apuro
lo cubrió piedra
a piedra
pero jamás
olvidará
que el muro es muro
y que ella
es una hiedra.
Año 1997
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